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PREVENCIÓN SELECTIVA EN EL CONSUMO DE DROGAS

Foto del escritor: Alexander ToméAlexander Tomé

El consumo de drogas es algo muy presente en la adolescencia, como un proceso ligado a la curiosidad por el mundo de los adultos y como una manera de comenzar a pertenecer a éste. Sin embargo, y paralelamente, se da con un autoconocimiento que el adolescente ha de hacer sobre si mismo, lo cual implica que sea también de su mundo emocional.


La familia tiene un papel muy importante para que los miembros más jóvenes puedan regular sus emociones, especialmente en las relaciones sociales, intrafamiliares y de fuera de casa. Siempre teniendo en cuenta que cada familia tiene sus propias emociones promocionadas y otras censuradas.


La Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) cuenta con varios sectores de actuación en cuanto a velar por la salud general de la población barcelonesa, siendo el consumo de drogas uno desde el cual realizar programas que permitan recudir o concienciar del impacto que tiene para la salud de los adolescentes tener contacto con solo un determinado tipo de ocio vinculado al Alcohol o al Cannabis.


Un ejemplo claro de la Prevención destinada a un sector concreto poblacional y desde una perspectiva no menos específica que no busca el consumo 0 si no cambiar las actitudes hacia la droga sería el Programa REPTES, publicado en esta marco desde el 2017, con el objetivo de poder aplicarse en centros educativos con colectivos de jóvenes en riesgo de exclusión académica.


El Proyecto consta de unas 7 sesiones con un plan de mínimos y de máximos, que puede adaptar la dinámica según la composición del grupo, recomendado para entre 8-12 participantes, no necesariamente del mismo grupo de clase. La intervención se basa en el llamado modelo ASE, que busca el cambio tanto conductual como actitudinal para competenciar a los participantes para afrontar situaciones donde el dilema en cuanto a lo social y a la presión que este ejerce sobre los hábitos de consumo queden más patentes, a la vez que operativizables.



Uno de los fuertes de la intervención es estar basada en trabajar junto al alumnado las competencias asociadas con identificar las emociones desagradables que cuesta manejar. Estas suelen estar asociadas al contexto familiar, sobresaliendo el manejo de la Culpa, como factor de riesgo para el consumo problemático; proponiendo al respecto el cambio hacia la responsabilidad en las decisiones, que suele ser algo compartido y no solo individual. Es un factor de riesgo que acerca a las personas especialmente en situaciones de vulnerabilidad social o personal hacia un consumo poco exploratorio y más ligado hacia la evasión y el refuerzo negativo.



Pueden verse con meridiana claridad los dilemas sociales en el día a día, más en este caso ligados al grupo de iguales que al contexto familiar, pues en este último la integración suele estar garantizada desde la pertenencia al sistema, lo cual suele estar mucho más a prueba a edades tempranas de la adolescencia con respecto al grupo de amigos, compañeros y en los primeros intentos de encontrar pareja estable.


Un factor que llama la atención por lo importante y por lo poco explotado en la línea terapéutica más clásica sería poder trabajar con los grupos a destinar la prevención, ofrecer y acompañar para que puedan explorar de manera autónoma actividades de ocio nocturno sin la presencia preponderante del consumo de alcohol. No existen demasiados ejemplos que se puedan ofrecer, pero sí la consulta de la página https://www.sortimbcn.cat/ puede ser una buena forma de afrontarlo.


Para adolescentes son importantísimos los cambios y las novedades en forma de aprendizaje, por lo que las novedades en cuanto a su comprensión del mundo social ejercerán un atractivo clave que reforzado desde la interactuación con las nuevas tecnologías puede marcar el éxito de una intervención de este tipo. Que una sesión este dedicada a comprender si el participante usa un estilo comunicativo pasivo, asertivo, agresivo dará ya de por si herramientas para poder acercarse a aquellos otros 2 que no domine.


Al fin y al cabo, tanto el paradigma preventivo como el subgénero de éste que lleva el apellido de selectivo busca no demonizar el consumo en una etapa donde es incluso natural la exploración del mismo, si no operativizar diferentes actitudes hacia éste tanto en el yo propio como en las personas que rodean al protagonista. Iniciativas de este tipo pueden seguir haciendo avanzar a la terapia que se ocupa de las Adicciones vinculándola a las necesidades de la sociedad actual.



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