La transmisión es inevitable, al igual que la comunicación. Qué hacer con ella es material de trabajo en terapia y una demanda además de lícita, tremendamente fructífera.
Hace muy poquito, la alumna de prácticas con la que visito a una persona ingresada y a su familia, me dijo que durante la intervención familiar la actitud que había tenido la usuaria con su padre especialmente, le había generado rechazo. Lo decía de una manera en que era obvio que haber sentido eso, le generaba a su vez una sensación pesada a la vez que angustiosa, y que además era interpretada por ella misma como falta de profesionalidad.
Mi visión, por experiencia, y por haberlo aprendido de compañeros con más tiempo que yo en horas de vuelo, fue distinta. Me pareció y me parece, que tener sensaciones negativas o desagradables hacia la persona que quieres ayudar, además de ser natural, es un material valiosísimo para cuando el vínculo lo permita, poder devolver estas sensaciones. Estas últimas, si están relacionadas con rechazo a la persona que tienes en frente, son una información que el receptor puede usar como guía sobre qué provoca en los demás según sus actitudes o acciones. Aunque también es verdad, haciendo caso a la prudencia, que no todos los vinculo o que el vínculo puede pasar por momentos en que dar un feedback que contenga esta información puede dar con el traste a muchas sesiones de trabajo.
Y aún así, si el terapeuta (o el usuario) va guardándose esas sensaciones y no consigue darle una salida mas o menos constructiva, la relación puede llegar a enturbiarse, y acabar en el mismo traste al que hacia referencia en el párrafo anterior.
Lo más interesante, es cuando el profesional también es capaz de recibir esta información cuando genera rechazo en la persona a la que ayuda, pues se me ocurren pocas informaciones más útiles que esta. Si el profesional tiene el valor de afrontar las críticas que viene por parte de la persona con la que trabaja, se generará un espacio de aprendizaje de primer orden, pues podemos hacer de modelo para que el otro vea que puede abrir las emociones desagradables que le llegan en una relación, y también verá una manera de hacer a la hora de afrontarlas.
Es importante que ahí, justo en ese momento que el terapeuta está siendo criticado, que no se le ocurra devolver la crítica. Por mucho que la sienta es el peor momento para darle al receptor una crítica que puede ser por la tensión entendida o realmente como un contrataque.
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