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Foto del escritorLucia Piris

DEJAR DE INFRAVALORARTE


Valorarse es un proceso complejo. Aunque pueda parecer que la mayoría pecamos de una falta de valoración también suele ocurrir lo contrario, que un exceso puede provocar que no midamos bien nuestras posibilidades cuando afrontamos una situación. La parte optimista es la de ser una habilidad muy sensible al trabajo personal y que se puede ir aprendiendo con la practica conforme vamos afrontando nuevas situaciones.

 

La infravaloración es una herramienta poderosa para evitar ciertos peligros. Hace que no afrontemos riesgos y que además no confrontemos o probemos los cambios. Cuando alguien tiene como tendencia infravalorarse normalmente notará un descenso de energía ante una nueva oportunidad, de la naturaleza que sea, incluso cuando son oportunidades sociales como los reconocimientos o los halagos.

 

El revertir el proceso de infravalorarse pasa forzosamente por afrontar situaciones que cambien la percepción de uno mismo. Para ello no es necesario solo afrontar lo que nos da más miedo o más nos cuesta; otra opción menos agresiva es generar contextos nuevos que quizás no se han probado antes, como ir a una exposición, una obra de teatro o una formación en algo novedoso como la Inteligencia Artificial. Para generar valoraciones nuevas también es muy necesario tener imágenes nuevas de uno mismo, lo cual se genera en situaciones nuevas.

 

Las Autoinstrucciones también son una herramienta importante para poder infundirnos valor. Estas son mensajes que nos podemos decir interiormente recordándonos los elementos de nosotros mismos que valoramos. Es importante decir que no son incompatibles con tener otros que sean mas negativos, y tampoco es cuestión que unos eliminen a otros, sino que renta el poder seleccionar la información sobre nuestra autopercepción que podemos activar en cada momento, como un modo manual del filtraje cognitivo que hacemos sobre nuestra propia autoimagen.

 

Está especialmente bien descrito que en TCA, mediante la prevalencia de la Abstracción Selectiva (relacionada con la ley de Hebb, 1949): cuanto más tiempo tiene activa la sintomatología la persona, más filtra la información que recibe de su entorno, tendiendo cada vez con mayor intensidad y frecuencia a procesar la información relacionada con dieta, cuerpo y complexión física. A nivel de autoimagen y de valoración ocurre algo similar, pero seguramente como algo anterior a desarrollar la patología, que vendría siendo a quedarse cada vez más con los mensajes negativos que hacen referencia a su propia persona o a lo que debe cambiar.

 

Para construir Autoinstrucciones válidas y valiosas tenemos 2 maneras: con nuestras propias palabras y valoraciones actuales;  y/o usando las de otras personas que también pueden valorarnos.

El primer paso es 1 elegir las palabras adecuadas que para nosotras tengan significado, y que además hagan referencia a aspectos concretos de nuestra valía, como nuestra capacidad de ser generosas; logros que conseguimos en el pasado mas o menos recientes; o partes de nuestra estética que nos gusta, como nuestro estilo o como nos queda un determinado conjunto.

El segundo sería 2 confeccionar frases cortas pero potentes que nos podamos decir en el momento adecuado para poder darnos valor y estar de una manera en una situación con potencial de cambio. Sirva como ejemplo: “Este color me favorece”; “Hace un año superé una situación peor”; “Mis compañeras de piso adoran mi sinceridad”; “Soy mejor que hace 6 meses”; “Pase lo que pase no quiero hacer daño a los demás”.


Una tercera fase interesante sería poder ponerlas a prueba. Apuntarnos 2-3 en un papel y cuando estemos en el momento adecuado leerlas para poder contemplar el efecto que producen en nosotras. Si nos dan seguridad y confianza, querrá decir que estamos en la dirección adecuada, la contraria a la infravaloración, y esas frases será llaves para poder activar nuestra mejora y nuestro crecimiento personal.

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